¿Alguna vez has oído el dicho: "A un perro viejo no se le pueden enseñar trucos nuevos"? Alguna vez se pensó que nuestra capacidad cerebral es "fija" y que todo lo que aprendemos (o no aprendemos) en nuestra juventud está "programado" para el resto de nuestras vidas. Debido a que nuestro cerebro controla muchas de las funciones de nuestro cuerpo (procesamiento del pensamiento, lenguaje, recuerdos y habilidades motoras), imaginamos que nuestros cerebros son como computadoras, con circuitos conectados permanentemente, cada uno diseñado para realizar una función específica e inmutable. Esta idea errónea ha sido refutada gracias a uno de los descubrimientos más revolucionarios y apasionantes de los últimos tiempos: la neuroplasticidad.
Ahora entendemos que nuestros cerebros no están conectados permanentemente. De hecho, los científicos ahora entienden que nuestros cerebros son "plásticos" (cambiables), en lugar de "estáticos" (inmutables), y esta plasticidad ocurre en cada etapa de la vida. Nuestras vías neuronales pueden reconfigurarse constantemente y se están formando nuevas vías, y lo están haciendo. Se pueden aprender nuevos trucos todos los días, independientemente de su edad e inteligencia.
Otro concepto erróneo muy arraigado es que "perdemos" células cerebrales, especialmente a medida que envejecemos. Aunque experimentamos una disminución de la memoria y la función cognitiva a medida que envejecemos, no tiene por qué ser inevitable. En lugar de una máquina que eventualmente se estropeará, nuestro cerebro se parece más a músculos; cuanto más lo uses, más lo mejorarás y te asegurarás de no perderlo.
El descubrimiento de que nuestros cerebros son plásticos significa que podemos influir en la plasticidad positiva y mejorar nuestros cerebros para que funcionen mejor, procesen la información de manera más efectiva y reduzcan los síntomas del deterioro y deterioro cognitivo.
Mejorar el cerebro con luz infrarroja cercana
Los ejercicios mentales para entrenar el cerebro (cosas como resolver problemas complejos, jugar o aprender un nuevo idioma) están de moda, pero este es sólo un método para mejorar la cognición.
Una de las técnicas de mejora cerebral más recientes y prometedoras es la fotobiomodulación (PBM), también llamada terapia con láser de bajo nivel (LLLT).
PBM implica entregar luz, a menudo luz infrarroja cercana (NIR), a las células (incluidas las neuronas) para modular las funciones de los tejidos. Los dispositivos Vielight son pioneros en PBM cerebral, utilizando fototerapia intranasal y fotobiomodulación transcraneal.
Vielight ha combinado su tecnología patentada de fototerapia intranasal y fotobiomodulación transcraneal para una estimulación eficiente y efectiva de todo el cerebro que se dirige a la red de modo predeterminado (DMN) del cerebro.
Los estudios están empezando a revelar que esta aplicación de la fotobiomodulación cerebral puede ser la "nueva forma" de mejorar la función cerebral.
Una investigación realizada en la Universidad de Boston ( Naeser 2016 ) ha demostrado posibles beneficios del uso de la fotobiomodulación para reparar neuronas dañadas como resultado de una enfermedad o lesión cerebral.
Es igualmente prometedor para las personas con cerebros sanos que buscan una mejor memoria, una mejor función ejecutiva, tiempos de reacción y estado de ánimo. Un proyecto de investigación reciente investigó el efecto de la luz NIR en la mejora de cerebros humanos adultos sanos. Con luz NIR aplicada a la frente, los sujetos de un estudio controlado demostraron una mejor memoria y estado de ánimo. El método de tratamiento también mostró que los sujetos mejoraron en las funciones ejecutivas. Dirigir la luz NIR al cerebro también mejora el tiempo de reacción. Cuando se trató la frente derecha, los resultados mostraron una mejora en la modificación sesgada de atención (ABM) en personas con depresión. ( Lim 2018; "Mejora de las funciones cerebrales con luz infrarroja cercana" ).
Vielight y sus socios de investigación están descubriendo que una frecuencia de pulso específica en una longitud de onda NIR de 810 nm puede influir significativamente en las oscilaciones cerebrales. La alta frecuencia en los rangos beta y gamma se ha asociado con la memoria y el rendimiento mental.
Para los deterioros cognitivos más complejos, como los pacientes con accidente cerebrovascular o aquellos con riesgo de enfermedades degenerativas como la demencia, la idea de que la actividad cerebral puede mejorarse e incluso recuperar la función perdida estimulando células y neuronas con energía luminosa tiene profundas implicaciones.
Comprender el poder restaurador del cerebro plástico es un descubrimiento nuevo y apasionante, y sólo se ha examinado la punta del iceberg. Con el tiempo, más investigaciones sobre el papel de la terapia de luz infrarroja cercana permitirán a los científicos identificar aplicaciones precisas, personalizadas para el individuo y su condición.
Independientemente de lo inteligentes que seamos o de la edad que tengamos, es posible mejorar continuamente nuestra capacidad cerebral y nuestra función cognitiva a lo largo de nuestra vida. Descubrimientos como la terapia con láser de bajo nivel y tecnologías como Vielight podrían ser nuestra mejor defensa para ayudar a retrasar o incluso detener el deterioro natural de nuestro cerebro envejecido.